Después de tres meses de echarle cabeza,
trabajo, guita, ilusión, sobre todo ilusión, mi taller de serigrafía hoy
funciona todo belleza.
Vino a mi cabeza un recuerdo de cuando era niño, tendría unos 9 años y con mi hermano Santiago sentimos
curiosidad por la serigrafía. Un buen amigo nuestro, Willy Mera, nos
dio todas las pautas, consejos y demás para hacer nuestra primera
estampa. ¡Y así fue! Estampamos el rostro de Bob Marley en nuestras
camisetas y en las de los amigos del barrio, todos estaban sonrientes
con sus camisetas estampadas, a excepción de mi hermano y yo, debido a
que mi mamá descubrió que usamos la seda de su vestido de novia para
realizar aquella primera estampa… Pero esa es otra historia.
Amigas, amigos, están invitados a venir a trabajar.